Crianza Respetuosa: una crianza basada en el amor
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Está muy de moda hablar sobre los límites y el respeto que los niños deben tener con sus padres. De hecho es totalmente normal pedirle a nuestros hijos que se comporten y respeten tanto a familiares, amigos, compañeros, vecinos como a cualquier otra persona se nos cruce. Pero, si damos vuelta la cosa… ¿qué pasa con el respeto que deben tener todos los adultos hacia los niños? Hablemos entonces de la Crianza Respetuosa.
La Crianza Respetuosa
Si hablamos del respeto que los adultos deben tener hacia los niños, no sólo se refiere al respeto por parte nuestra, como padres, sino también por parte del resto. Sino veamos; les suena familiar alguna de estas frases: “vamos, dale un beso al señor”, “compartí tus juguetes con el nene”, “ponele aritos que queda más linda”, “¿no lo vas a bautizar?”, “está grande para usar pañal” y la típica que nunca falta “¿no creés que ya es momento de sacarle la teta?”
Si, vivimos en una sociedad que se jacta de ser moderna, pero a la hora de criar a nuestros hijos, todavía es muy difícil que ellos y sus derechos sean respetados. Veamos entonces ¿qué es la crianza respetuosa?
Si bien está relacionada con la crianza con apego y la fisiológica, no es lo mismo que éstas. Se relaciona con el apego porque se busca desarrollar el vínculo afectivo entre los padres y los hijos, porque los niños necesitan brazos, mimos y atención permanente. Y se relaciona con lo fisiológico ya que se respetan todas sus necesidades (alimento, abrigo, higiene) sin imposiciones innecesarias.
En qué se basa la Crianza Respetuosa
La crianza respetuosa no es un método, sino una forma de vida. Su principio básico es considerar al bebé o niño como una persona que posee los mismos derechos que un adulto. Entender que el pequeño es como cualquier ser humano que tiene necesidades fisiológicas, psicológicas, sociales y afectuosas.
La crianza respetuosa se basa en el amor, entendiendo que nuestro hijo no es caprichoso, sino que tiene necesidades propias de su edad y como adultos somos responsables de reconocerlas y satisfacerlas.
Se basa en la empatía, poniéndonos siempre en el lugar de nuestro hijo y tratando de comprender lo que él está sintiendo, respetando la importancia de esto, por más que ante nuestros ojos adultos parezca una pequeñez.
La Crianza Respetuosa es el respeto a…
Respeto a su físico: no colocando aros o circuncidando partes de su cuerpo, trasmitiendo el mensaje de que absolutamente nadie puede tomar decisiones de este estilo sobre ellos.
Respeto a sus creencias: No bautizando o realizando prácticas religiosas en su cuerpo.
Respeto a sus necesidades y no a las nuestras: No obligarlo a dormir toda la noche o sacarle el pañal cuando uno lo cree y entender que todo es cuestión de tiempo y que depende del desarrollo de cada niño.
Respeto a sus tiempos y etapas: No compararlo con otros niños, respetando la individualidad de cada uno. No todos somos iguales. Hay que entender y respetar los ritmos de cada criatura para caminar, hablar, relacionarse, dejar de tomar teta, ir al baño, dormir solo, etc.
Ver Crianza Natural: respetando desde el nacimiento.
Crianza Respetuosa: conclusión
La crianza respetuosa es un continuo aprendizaje. Es tratar a nuestros hijos como a iguales, como nos gustaría ser tratados. Es no hacerles lo que no nos gustaría que nos hicieran. Es respetar sus decisiones, porque a medida que crezcan, los niños educados en el respeto de sus necesidades se sentirán seguros de tomar sus propias decisiones y, como padres, debemos respetarlas.
Siempre decimos que una familia no es mejor que otra por las decisiones que toma en el cuidado de sus hijos, sino que cada una sabe qué es lo que mejor les resulta. Así que sea como fuere que quieran criar a sus hijos, si están acá leyendo esto, es porque alguna vez les picó el bichito de la duda.
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